Las industrias se han tenido que replantear la forma en que trabajan y producen debido a que han tenido que entrar en una nueva ola de automatización y digitalización, por lo que las habilidades que necesitan los empleados han cambiado drásticamente.  

La nueva normalidad aceleró la transición a la revolución de la automatización y la nueva normalidad está obligando a las industrias a reinventar sus operaciones. Las empresas manufactureras están reconfigurando sus cadenas de suministro y sus líneas de producción. Estos cambios tendrán efectos significativos en los requisitos de habilidades y capacidades de la fuerza laboral, desde un aumento dramático en el trabajo remoto hasta la necesidad de que los técnicos y personal dominen las nuevas herramientas tecnológicas. 

Con el desarrollo tecnológico las máquinas están completando muchas de las tareas que antes realizaban los seres humanos. Esta nueva automatización tiene un efecto realmente importante en los nuevos empleos que se generarán, ya que la mayoría de los trabajos cambiarán., lo que traerá consigo que los trabajadores tengan que desarrollar nuevas habilidades y competencias.  

Un estudio de McKinsey & Company sugiere que del 39 al 58% de las actividades laborales en todo el mundo en sectores operacionalmente intensivos podrían automatizarse utilizando nuevas tecnologías.  

El trabajo del futuro requerirá dos tipos de cambios en la fuerza laboral: en primer lugar, perfeccionamiento, es decir, que el personal debe adquirir nuevas habilidades y capacidades para ayudar a sus roles actuales; en segundo lugar, una re-capacitación, en el que el personal necesitará las habilidades y capacidades para asumir roles completamente nuevos.  

La investigación de McKinsey & Company sugiere que volver a capacitar a la fuerza laboral será un desafío muy grande en sectores operacionalmente intensivos como la fabricación, el transporte y el comercio minorista. 

McKinsey & Company espera que la demanda de habilidades tecnológicas (tanto de codificación como especialmente de interacción con la tecnología) aumente en más del 50%, y la necesidad de habilidades cognitivas complejas aumentará en un tercio.  

Los líderes no están preparados 

Uno de los mayores desafíos para las empresas es prepararse para el futuro del trabajo, la mayoría de las organizaciones no están preparadas para abordarlo. Los líderes de las organizaciones reconocen que la automatización y la digitalización están creando importantes brechas de habilidades y no se sienten preparados para enfrentar ese desafío.  

En la encuesta que realizó McKinsey & Company se les preguntó a los ejecutivos por qué sus organizaciones aún no estaban listas para abordar el problema de las habilidades que requieren los empleados, y los encuestados mencionaron tres barreras principales:  

  • Carecían de una comprensión clara del impacto que la automatización y la digitalización futura generarían en el talento. 
  • Carecían de las herramientas o el conocimiento para volver a capacitar a su fuerza laboral. 
  • Su infraestructura de recursos humanos actual no sería capaz de ejecutar una nueva estrategia diseñada para abordar las brechas de habilidades emergentes.  

Solo el 7% de los encuestados pensó que sus empresas estaban completamente preparadas para abordar las brechas de habilidades que esperaban en los siguientes cinco años. 

Los ejecutivos de la encuesta están convencidos de que sus organizaciones tienen que desempeñar un proyecto importante en la transición de habilidades. Dos tercios de los encuestados piensan que las corporaciones deberían tomar la iniciativa en el desarrollo de las nuevas habilidades requeridas para la era digital, y el 80% dice que al menos la mitad de todos los nuevos roles deberían cubrirse capacitando a los trabajadores existentes.  

Las organizaciones deben aumentar significativamente los esfuerzos de capacitación y desarrollo de habilidades de sus empleados para poder llegar a su meta de capacitación a gran escala. Es importante mencionar que puede tomar varios años que estos programas de re-capacitación hagan el efecto deseado, pero son inversiones importantes y que traerá más beneficios a largo plazo.  

Algunas empresas ya están viendo los beneficios de sus esfuerzos de recapacitación a menor escala, por ejemplo, la planta de Tata Steel en Ijmuiden, que estableció una academia de análisis avanzado para capacitar y certificar a cientos de ingenieros en la aplicación de nuevos enfoques analíticos para la mejora del proceso de fabricación.  

Explorar, dar forma y cambiar 

McKinsey & Company sugiere que los programas más exitosos que las empresas han comenzado a utilizar, en esfuerzos sistemáticos a gran escala para abordar los requisitos de habilidades, comparten elementos centrales.  

En primer lugar, estas empresas hacen un uso extensivo de tecnologías inteligentes en sus operaciones y prestan la misma atención a sus procesos comerciales, sus sistemas de gestión y su gente. 

En segundo lugar, los programas que implementan abordan cada uno de los niveles de organización. Estas empresas abordan la automatización y la digitalización como un programa integral de transformación, impulsado por la alta dirección e involucrando a la mayoría de las fuerzas laborales gerenciales de las organizaciones. 

En tercer lugar, las empresas adaptan y personalizan su capacitación acorde a los objetivos de su organización y necesidades, desde los directores ejecutivos hasta los operadores de primera línea. El contenido de la capacitación se hace lo más específico posible, cubriendo las tecnologías, las herramientas y los escenarios comerciales que la fuerza laboral enfrentará en sus roles nuevos o cambiantes. 

Y finalmente, el contenido se entrega utilizando principios de aprendizaje para adultos a través de una combinación de aprendizaje en el aula o en línea y experiencia real en el trabajo.  

En los próximos años, casi todas las organizaciones necesitarán un enfoque sistemático para el desafío de cambiar los requisitos de habilidades y para llevarlo a cabo se requiere de tres pasos:  

  • Planificación de la fuerza laboral: Las empresas deben explorar cuáles son sus necesidades de habilidades requeridas en el talento para el futuro, para poder cumplir con sus metas estratégicas. Comprender el potencial de la automatización y la digitalización en una organización y desarrollar una estrategia sólida es un precursor necesario para cualquier programa de “habilidades correctas”.  
  • Dar forma: Comparar los requisitos de habilidades con las habilidades disponibles de su fuerza laboral actual, para que puedan planificar como redistribuir el personal y para que puedan identificar las brechas que deben llenarse para satisfacer las necesidades.  
  • Cambio: Priorizar las habilidades que afectan a la mayor parte de la fuerza laboral y los roles que requieren los cambios de habilidades más grandes, para desarrollar contenido y mecanismos de entrega. 

El aumento de la automatización y la digitalización está cambiando significativamente los perfiles de habilidades de la fuerza de trabajo del futuro. Eso tiene implicaciones tanto para los empleadores como para los empleados. Las empresas necesitarán personas con las habilidades adecuadas para desarrollar, administrar y mantener sus equipos automatizados y procesos digitales. 

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